Cuando quieres tirar la toalla....
- Arlett Guerrero
- 1 dic 2017
- 2 Min. de lectura
En un punto de la enfermedad es normal encontrarse de bajón, de cansarse de tantos químicos en tu cuerpo, tantas pruebas, tantos efectos secundarios en fin te hartas de todo y dices para que luchar! eso se me pasó por la cabeza en varias ocasiones no voy a mentir, y es cuando quise tirar la toalla y decir " hasta aquí llegue yo"
Pero siempre hay algo que te hace reflexionar y te dices Pero que estoy haciendo?
Yo le había dicho a mi hermana lo mal que me sentía, y lo que me afectaba estar pelona jajaja, mira que tontería la mía! Resulta que un día me manda un montón de fotos, al verlas llore hasta más no poder y me di cuenta que era una tontería lo de no tener cabello! (pondré un vídeo que hice con esas fotos) ya que al verlo me lleno de fuerzas para continuar.
Mis hermanos se habían puesto descuerdo para raparse la cabeza, que locos!! Si están locos por mi! me aman y esa fue su forma de decirme estamos contigo! y ahora somos todos pelones!! jajaja, no puedo amarlos más...
Me dejaron sin excusas, son lo más bonito que tengo, a pesar de la distancia, estaban allí conmigo. Aunque al poco tiempo recaí y me tuvieron que ingresar en el hospital, tenia las defensas por el piso, y mi hermana tuvo que dejar a su hijo con mis padres y viajar miles de kilómetros para estar conmigo, la necesitaba a mi lado, es otra guerrera! Gracias a ella y a todas esas personas maravillosas que tuve a mi lado pude resurgir de las cenizas como el ave fénix!
Me di cuenta que vivir valía la pena, y que tenia mucha gente apostando por mi! que me enviaban sus fuerzas y buenas energías para que yo saliera adelante...
Y siguieron las pruebas, radioterapia, hormonas y todas sus secuelas que recaían en mi cuerpo volviéndome vulnerable, y a pesar de eso siempre motivada. Recuerdo que en la ambulancia que me llevaba cada día a las sesiones de radioterapia, conocí personas maravillosas que aún conservo su amistad, cada una con su cruz pero felices de conocernos y hacer que nuestras penas se volvieran invisibles en ese trayecto, reíamos a carcagadas, eramos optimistas y valientes ya que en cada sesión nos quemaban literalmente!!! pero estas señoras (ya que era yo la joven del grupo) eran felices solo de que un enfermero guapo le tocara en la sesión jajaja.
Son esos momentos que te hacen dar cuenta de lo corta que es la vida y que debemos aprovechar cada instante para reír y disfrutar de lo que tenemos...

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